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¿Las hormonas anticonceptivas afectan el crecimiento de la masa muscular?

Las hormonas sexuales son una de las principales determinantes del sexo biológico. En el sexo masculino, la hormona predominante es la testosterona y está se mantiene constante durante toda la etapa de adultez, mientras que en el sexo femenino predominan las hormonas progesterona y estrógeno; al contrario, las concentraciones de estas experimentan cambios en la vida adulta de la mujer dependiendo la etapa en la que se encuentre. Todo lo anterior marca una de las principales diferencias entre sexos.  

Los anticonceptivos hormonales (AH) son una combinación de estrógeno y progesterona y son utilizados principalmente para evitar el embarazo; esto es posible debido a que impiden que los ovarios liberen óvulos, adelgazan el revestimiento del útero y espesan el moco del cuello uterino de manera que bloquean el paso de los espermatozoides hacia el óvulo. Los AH se pueden administrar por la boca, en inyección, o se colocan debajo de la piel, sobre la piel (parche), en la vagina o en el útero. Las píldoras orales anticonceptivas (POA), son la forma más común de AH utilizada. 

El uso de las POA es ampliamente utilizado por mujeres deportistas, no sólo para el control de la fertilidad, sino también como estrategia para manipular el momento o incluso omitir por completo el sangrado por deprivación, que ocurre durante los 7 días sin POA. También los utilizan para aliviar los efectos secundarios asociados con el ciclo menstrual como calambres, dolor, hinchazón y dolores de cabeza; todo esto hace que las POA sean una opción atractiva para muchos atletas.

En las últimas tres décadas, se ha observado un aumento en el número de mujeres que practican ejercicio, desde la actividad física hasta el deporte de alto rendimiento, que se atribuye al creciente desarrollo e inversión en el deporte profesional femenino.

El ejercicio de fuerza es ampliamente utilizado por la población atlética como parte de un programa integral de entrenamiento para un rendimiento óptimo, este provoca adaptaciones morfológicas y neurológicas que contribuyen a cambios en la hipertrofia del músculo esquelético. 

En los últimos años se ha puesto en duda si el uso de AH puede influir en el rendimiento deportivo. Debido a esto, un metaanálisis investigó el efecto del consumo de los AH en las adaptaciones de la hipertrofia muscular esquelética, la potencia y la fuerza en respuesta al entrenamiento de fuerza.

 

Se compararon quienes usan POA con quienes no las usan, y se encontró que el uso de POA no tiene un efecto significativo en la hipertrofia del músculo esquelético, ni en las adaptaciones de potencia o fuerza en respuesta al entrenamiento de resistencia.

Según el estudio, no existe una justificación basada en la evidencia para defender o rechazar el uso de píldora en mujeres que participan en entrenamiento de resistencia para aumentar la hipertrofia, la potencia o la fuerza.

Hasta la fecha, los estudios que investigan la influencia de los AH en las adaptaciones al entrenamiento de resistencia se han centrado exclusivamente en las píldoras anticonceptivas, y las investigaciones futuras también deberían examinar la posible influencia de los diferentes tipos de anticonceptivos hormonales.

¿Hay un entrenamiento basado en el ciclo menstrual?

El ciclo menstrual (CM) es un ritmo biológico importante en el que se observan grandes fluctuaciones cíclicas en las hormonas sexuales endógenas, como el estrógeno y la progesterona.

Se han sugerido diversos mecanismos por los cuales las fluctuaciones cíclicas de estrógeno y progesterona a lo largo del CM podrían afectar el rendimiento. 

Específicamente, se cree que el estrógeno tiene un efecto anabólico sobre el músculo esquelético y se ha demostrado que influye en los cambios en el metabolismo del sustrato mediante el aumento del almacenamiento de glucógeno muscular y la utilización de grasa.

Por lo tanto, es fácil pensar que se pueden observar cambios en el rendimiento físico debido a los diferentes perfiles hormonales a lo largo del CM.

En un metaanálisis los resultados indicaron que, en promedio, el rendimiento físico podría verse ligeramente reducido durante la fase folicular temprana (fase caracterizada por niveles bajos de estrógeno y progesterona) en comparación con todas las demás fases del CM.

Sin embargo, debido a que la mayoría de los estudios incluidos en este metanálisis se clasificaron como de baja calidad y la confianza en la evidencia reportada en este también es baja, debe interpretarse con cautela y no se pueden establecer directrices generales sobre el rendimiento físico en las fases del CM.

Desde una perspectiva práctica, dado que los efectos tendieron a ser insignificantes y variables entre estudios, es probable que las implicaciones de estos hallazgos sean tan pequeñas que carezcan de sentido para la mayoría de la población.

Bibliografía

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